Si tuviéramos que pensar en algunos procesos o facultades que tienen un peso importante en nuestras relaciones sociales seguramente el lenguaje o la empatía serían algunos de los nombres que te vendrían a la mente.

Hoy queremos presentaros a la gran desconocida dentro de esas facultades que nos ayudan a ser los más efectivos posible cuando de relaciones sociales se trata. Hablamos de la Teoría de la Mente (ToM).

Es posible que sea un término que te suene pero que no sepas exactamente explicar que es o simplemente es la primera que lo escuchas nombrar. Sea como fuere no te preocupes por eso porque en este artículo vamos a intentar resolver todas tus dudas en este sentido.

¿Qué es la Teoría de la Mente?

Para explicar en qué consiste este concepto nos basaremos primero en su definición y desde ese punto de partida iremos desgranando todo lo que conlleva, que os adelanto que es mucho.

Definiremos la Teoría de la Mente como la habilidad de nuestro cerebro que nos permite entender e intentar hacer predicciones sobre la conducta de los demás. Hablamos de una facultad carácter heterocognitiva, es decir, es decir que nos permite conocer el contenido de la mente de los demás.

Una de las principales funcionalidades de la Teoría de la Mente y que tiene un marcado componente evolutivo y de supervivencia es la capacidad de predicción.  Esta capacidad es la que nos va a permitir poder anticipar las posibles consecuencias de un hecho que se acaba de producir.

Podemos intentar ponernos en situación por medio de un ejemplo: Imaginad por un momento que llegas a casa y te encuentras la puerta abierta y la cerradura forzada. Seguro que la primera explicación que te viene a la mente es que alguien ha entrado a robar.

En este ejemplo tu mente intenta primero buscar una teoría coherente que explique la situación, pero además te permite predecir qué cosas pueden pasar después para actuar en consecuencia, por ejemplo, no entrar por si el ladrón aún está dentro.

Sigamos con este ejercicio de imaginación e imaginemos que nos armamos de valor y decidimos entrar. Cuando entramos nos topamos de bruces con el ladrón que nos está desvalijando y ahí entra en juego otra de las principales aplicaciones de la Teoría de la Mente, intentar determinar qué está pensando la otra persona.

Nosotros intentaríamos determinar si el ladrón nos va a atacar o va a huir mientras él, por su parte, intentaría estar haciendo lo propio con nosotros. Aunque nuestro indeseado visitante y nosotros estemos inmersos en el proceso de “yo creo que el otro está pensando…” lo que queda claro es que la resolución de esta situación no parece ser muy agradable.

En resumen, la Teoría de la Mente es un mecanismo muy útil para la toma de decisiones porque nos permite predecir las consecuencias de nuestros actos y las causas de una situación y también a nivel de interacción, porque no otorga la posibilidad de vislumbrar lo que la otra persona está pensando.

Niveles de la teoría de la mente

No hace falta decir que intentar predecir las consecuencias de nuestros actos o vislumbrar los pensamientos de otra persona es una labor muy complicada. Para entender mejor la Teoría de la mente se establecen distintos niveles en función de su complejidad.

Reconocimiento facial de emociones

Para ahondar un poco más en este nivel primero debemos tener unas nociones básicas de neurología, pero tranquilos que va a ser poca cosa. Tengo presentaros a la amígdala que es una pequeña estructura que forma parte del sistema límbico.

Esta estructura es la encargada de las emociones y la que nos permite deducir la emoción que otra persona está sintiendo en función de su expresión facial y corporal.

El hecho de que seamos capaces de inferir el estado emocional de otra persona nos resulta muy útil a nivel social ya que conociendo cómo se está sintiendo tendremos más facilidad para anticipar sus posibles conductas.

La amígdala no sólo nos permite inferir los estados emocionales por medio de estímulos visuales, sino que también es capaz de procesar los estímulos auditivos

Creencias de primer y segundo orden

Para explicar este punto hablaremos del test de la muñeca Sally o del experimento de la falsa creencia. Este test fue creado por Baron-Cohen, Leslie y Frith. Esta prueba suele ser una buena forma de evaluar la Teoría de la Mente, pero nosotros en este apartado nos limitaremos en explicar en qué consiste para entender las creencias de primer y segundo orden. En apartados posteriores trataremos pues sus aportaciones evaluativas.

En esta prueba se le presentan a un niño dos muñecas, Ann y Sally. Sally tiene una cesta y Ann tiene una caja.

Sally pone una canica en su cesta y después sale de la escena. Una vez que esta ha salido Ann saca la canica de la cesta y la mete en su caja.  Transcurrido todo esto Sally vuelve a entrar en la escena y al niño se la pregunta: ¿Dónde va a buscar Sally su canica?”.

Con este test podemos ilustrar a lo que nos referimos cuando hablamos de creencias de primer orden. Serían las inferencias que hacemos sobre lo que los demás piensan o hacen.

Pasamos ahora a hablar de un tipo de creencias más complejas que la anteriores, las creencias de segundo orden. Para ilustrarlas, igual que con las de primer orden utilizaremos un ejemplo paradigmático, en este caso el ejemplo del heladero.

“En un día con mucho calor Juan y María están sentados en el parque cuando ven llegar una furgoneta de helados. Ninguno de los dos niños lleva dinero encima por lo que María decide ir a casa a buscar su monedero. El heladero promete que la esperará, pero pasados unos minutos Juan ve como el heladero vuelve a arrancar la furgoneta para marcharse. Cuando Juan le pregunta dónde va, el heladero le contesta que va a la zona de la Iglesia porque allí hay más gente. Cuando el heladero se marcha de camino a su nueva ubicación se encuentra con María que también le pregunta dónde va por lo que ella también tiene esta información. Juan que no sabe que María ha hablado con el heladero va a buscarla a su casa, pero no la encuentra allí. El padre de María le dice a Juan que ella ha ido a comprar un helado. ¿Dónde piensa Juan que María habrá ido a buscar al heladero?”

A través de esta historia podemos inferir que las creencias de segundo orden serían las inferencias que nosotros haremos sobre las inferencias que otra persona va a hacer en relación a la conducta o pensamiento de un tercero.

Para clarificarlo algo más podemos decir que las creencias de primer orden implicarían frases del tipo: “Yo creo que él piensa…”, mientras que las de segundo orden podemos ilustrarlas con frases como: “Yo creo que él dirá que ella piensa…”.

Comunicaciones metafóricas e historias extrañas: ironía, mentira y mentira piadosa

En este apartado hacemos mención a las historias extrañas porque fue el método empleado por Happé para evaluar aspectos como la ironía, la mentira o la mentira piadosa. En sentido en relación con la Teoría de la Mente el objetivo es que la información no se entienda en sentido literal.

El hecho de ser capaces de tener una comprensión no literal de lo dicho y poder obtener un significado adecuado en función del contexto social en el que se produce, supone la capacidad de comprender la coherencia global del mensaje para generar un significado concreto en una situación específica.

Este tipo de inferencias mucho más exigentes que las tratadas en los apartados anteriores nos sitúan en un tercer nivel de complejidad dentro de la Teoría de la Mente.

Meteduras de pata

Este es un nivel con mucha relación con el anterior ya que implica entender una situación de forma global, la capacidad de ponerse en el lugar del otro y de prever como va a afectar nuestro comportamiento a esa otra persona.

El análisis y el entendimiento de todas estas variables no permite anticipar que conductas o frases se van a considerar meteduras de pata y por tanto vamos a tender a la evitación de estas.

Empatía y juicio moral

Estos factores son relevantes cuando hablamos de Teoría de la Mente porque nos da información de carácter ontogénico (la propia evolución de una persona) y también de carácter filogénico (la evolución general como especie).

No solo tenemos esa capacidad de empatía que nos permite ponernos en la piel de otra persona, sino que también estamos influidos por un componente de juicio social formado por un conglomerado de normas sociales y experiencias que hemos interiorizado y que en cierto modo rige nuestros comportamientos.

¿Cómo se desarrolla la Teoría de la Mente?

Es en la infancia más temprana cuando comienzan a adquirirse los prerrequisitos necesarios para la posterior adquisición de la Teoría de la Mente por parte del niño. De tal forma que esta adquisición podemos dividirla en dos fases.  

En un principio nos encontramos esos precursores a los que hacíamos referencia y que suelen aparecer entre los 4 meses y los 4 años. A partir de esa edad hasta aproximadamente los diez años es cuando se considera que disponemos de material suficiente para comenzar con las fases de desarrollo de la Teoría de la Mente.

A los pocos meses de vida ya somos capaces de darnos cuenta hacia donde están centrando su atención los otros y esto nos permite reclamar esa atención para nosotros mismos o para un objeto cercano. También se especula con la posibilidad de que esas edades ya somos capaces de distinguir entre una acción y su objetivo.

Estos cambios a los que hacemos referencia se producen en torno al primer año de vida. De ellas van surgiendo habilidades que van fomentando nuestras competencias sociales dando lugar a aspectos tan importantes para el desarrollo como el juego simulado o la imitación.

Tras los 4 años se adquiere la percepción de los demás no solo como agentes intencionales sino también como agentes mentales. Una vez explicado esto podemos repasar de forma más específica a listar los periodos en los que se va formando la Teoría de la Mente.

  • A partir de 4 o 5 meses: Se muestra interés por los estímulos sociales.
  • A partir de 8 meses: Se muestra interés por las acciones mentales simuladas por los demás.
  • En torno a los 9 meses: Se utilizan herramientas no verbales para llamar la atención de otros o comunicarse, por ejemplo, el señalado.
  • Entre los 12 y los 18 meses: Se empieza a simular las experiencias vividas por medio de símbolos y representaciones.
  • A partir de 18 meses: Aparece la función simbólica y su representación en el juego por medio del juego simbólico y se inician también las conocidas como emociones secundarias (vergüenza, culpa…)
  • A partir de 2 años: Empiezan las creencias y la diferenciación entre pensamiento y realidad.
  • A partir de 3 años: Aumenta el interés por las creencias. Son capaces de entender los deseos de otras personas, pero no las creencias que estas tienen.
  • Entre 3 y 4 años: Empiezan a entender no solo sus propios sentimientos sino también los de los demás.
  • En torno a los 4 o 5 años: Surgen las creencias de primer orden y empiezan a distinguir la mentira de la broma o la ironía.
  • A partir de los 6 o 7 años: Aparecen las creencias de segundo orden.
  • En torno a los 9 o 10 años: Es el límite para resolver creencias de segundo orden. En esta edad se empieza a entender la diferencia entre mentira piadosa, mentira e ironía.

¿Cómo puede evaluarse?

Teniendo en cuenta los distintos factores o niveles en los que se divide la Teoría de Mente y también cada uno de los momentos del desarrollo en cada uno de esos niveles debe estar adquirido, podemos utilizar algunas técnicas para evaluar el desarrollo normal este sentido.

Pruebas de comprensión de creencias falsas

Ya hemos explicado anteriormente en qué consisten estas pruebas de comprensión de creencias falsas. Para poder evaluar la adquisición de las creencias de primer orden podemos utilizar el test de la muñeca Sally.

Esta prueba y según los resultados obtenidos por Baron-Cohen y su equipo la mayor parte de los niños de 4 años son capaces de resolverla de forma adecuada.

Para las creencias de segundo orden podemos utilizar la historia del heladero (también explicada en un apartado anterior. Estableciendo la edad de realización correcta de esta tarea en torno a los 6 o 7 años y hasta los 10.

Historias extrañas

Hemos hablado también en este artículo sobre las historias extrañas de Happé a continuación desarrollaremos algunas de estas historias.

  • Ironía: Un niño ve a un grupo de chicos hablando y riendo. Se acerca para preguntarle al grupo si puede jugar con ellos. Como respuesta uno de los niños se gira y contesta: “Si, claro, cuando las vacas vuelen”. ¿Es cierto lo que ha contestado el chico? ¿por qué crees que ha dicho eso?.
  • Mentira: Hay dos niños y uno de ellos tiene un bote lleno de caramelos. El otro niño le pregunta: “¿Me das un caramelo?”. A lo que el primer niño responda escondiendo el bote en su espalda: “Ya no me quedan”. ¿Es verdad lo que dice el niño? ¿por qué dice eso?.
  • Mentira piadosa: Tía Amelia ha venido a visitar a su sobrino. Este quiere mucho a su tía, pero esta lleva un peinado que le parece feísimo. Su tía le pregunta que le parece su peinado nuevo o lo que su sobrino le contesta que está muy guapa. ¿Por qué el sobrino ha contestado eso?.

En esta prueba hablamos de un nivel de abstracción superior y por tanto para contestar de forma adecuada sería necesario dominar ya las creencias de primer y segundo orden.

Prueba de sensibilidad social de Baron-Cohen

En esta prueba se presentan 10 historias en las que le protagonista mete la pata en distintas situaciones sociales y 10 situaciones de control de tipo neutro. Veamos un ejemplo de estas historias:

“Julia compró a su amiga como regalo de boda un jarrón de cristal. La boda fue tan grande que su amiga era incapaz de poder determinar qué regalo le había hecho cada invitado. Un año después de la boda Julia cenaba en casa de su amiga y por accidente rompió el jarrón de cristal que ella misma le había regalado. Julia se disculpó por haberlo roto a lo que su amiga contestó: “Nunca me gustó. Alguien me lo regaló por mi boda”.

¿Ha dicho alguien que no debería haber dicho? Si contesta que sí, habría que preguntar: ¿Quién ha sido el que ha dicho algo inoportuno y por qué lo ha sido inoportuno?

¿Por qué crees que lo habría dicho? ¿Se acordaba su amiga de que Julia le había regalado el jarrón? ¿Cómo se sintió Julia?

Hay también preguntas control para asegurarnos que la historia se ha entendido correctamente: ¿Qué le regaló Julia a su amiga? ¿Quién rompió en jarrón?

Para evaluar los juicios morales y la empatía

Son muchas las situaciones que podemos plantear para evaluar los dilemas morales. En este caso os proponemos el “dilema del tren”.

“Un vagón de tren se dirige de forma incontrolada hacia 5 operarios que en ese momento se encuentran arreglando la vía. Todos morirán aplastados por la máquina, pero usted tiene la solución para que esto no ocurra. Existe la opción de apretar un botón que producirá un cambio de agujas y desviará el tren hacía una vía donde solo trabaja un operario. El tren mataría a este operario, pero lo otros 5 se salvarían. ¿Usted pulsaría el botón?”

Vamos ahora con la segunda parte de esta historia:

“Vemos que antes de llegar al cambio de agujas y junto a la vía hay un hombre con mal aspecto y con claros indicios de estar borracho. Una forma de parar el tren es empujarlo a la vía de forma que parará antes y no llegará al lugar donde trabajan los 5 operarios.  ¿Lo empujaría? ¿Y si los 5 operarios fueran familiares suyos? “.

¿Qué trastornos están relacionados con los déficits en Teoría de la mente?

Unos trastornos en los que se aprecia un déficit importante en los procesos implicados en la Teoría de la Mente son todos aquellos incluidos dentro de los Trastornos de Espectro Autista (TEA) como pueden ser Síndrome de Asperger o el propio Autismo.

Los pacientes de esquizofrenia también parecen experimentar déficits acusados en relación con la Teoría de la mente que afectaría a la conciencia de las metas, la conciencia de las intenciones propias y también a la conciencia de las intenciones de los demás. Hay estudios que parecen indicar también la relación de un desarrollo deficiente de la Teoría de la Mente con otros trastornos de tipo psicóticos.

Algunos estudios plantean también la posibilidad de que determinados trastornos de tipo neurológico también muestran dificultades en aspectos que dependen de la Teoría de la Mente.

Ahora que ya conocemos en qué consiste la teoría de la mente el siguiente paso es como aprender a trabajar, pero eso será un punto que trataremos en próximos artículos así que permaneced atentos.